
La Sala Penal resolvió la insubsistencia de la acción penal por el incendio de 2011 en el que murieron cuatro adolescentes. El abogado Marcos Gandini aseguró que sus clientes “eran los principales interesados en demostrar su inocencia”.

La Sala Penal de la Corte de Justicia de Catamarca resolvió, por mayoría, el sobreseimiento de los policías Adrián Antonio Mansilla, Luis Alberto Leiva, Juan Carlos Reyes y Adriana del Valle Galván, imputados por “homicidio culposo agravado por el número de víctimas fatales” en la causa conocida como Tragedia de la Alcaidía.
El hecho ocurrió el 9 de septiembre de 2011, cuando cuatro adolescentes murieron calcinados en una celda de la Alcaidía ubicada en avenida Colón y Mendoza. La causa fue elevada a juicio en 2015, pero nunca se concretó el debate oral.
El abogado Luis Marcos Gandini, representante de Mansilla y Leiva, explicó en entrevista con Mañana Central que la Corte hizo lugar al recurso de casación que presentó, declarando la “insubsistencia de la acción penal”. “Este instituto surge de la garantía constitucional de ser juzgado en un plazo razonable. Pasaron 10 años sin que se dictaran los decretos necesarios para avanzar al juicio”, señaló.
Consultado sobre el voto de la ministra Rosales, quien habló de “desidia” e “inacción” judicial, Gandini sostuvo que esa responsabilidad corresponde al Poder Judicial y que se ordenó investigar posibles incumplimientos de funcionarios.
El letrado rechazó las críticas por presunta impunidad: “Mis clientes eran los principales interesados en demostrar su inocencia. Ellos intentaron salvar a esos jóvenes y estuvieron solos contra un incendio voraz”. También cuestionó que se los responsabilizara por supuestas fallas en la requisa, cuando existían otras guardias y condiciones estructurales deficientes.
Finalmente, Gandini subrayó que el tiempo transcurrido tornó inviable cualquier defensa efectiva: “El excesivo tiempo ya no es justicia. Es muy difícil ejercer una defensa ante 10 años de una causa que no avanzó y 15 años de los hechos”. Destacó que no conoce antecedentes provinciales de una decisión similar, salvo el caso del expresidente Carlos Menem a nivel nacional.
El presidente Javier Milei oficializó el cambio en un acto en Casa Rosada. Monteoliva, con trayectoria académica y política en Córdoba y en el PRO, asume tras la salida de Bullrich, que será senadora nacional.

El presidente Javier Milei tomó juramento este martes a Alejandra Monteoliva como nueva ministra de Seguridad, en reemplazo de Patricia Bullrich, quien deja la cartera tras dos años para asumir como senadora nacional por la Ciudad de Buenos Aires.
El acto se realizó al mediodía en el Salón Blanco de la Casa Rosada, con la presencia de figuras del Gabinete como Manuel Adorni, Karina Milei, Luis Petri, Luis Caputo, Diego Santilli y Pablo Quirno. La designación quedó oficializada mediante el Decreto 851/2025, publicado en el Boletín Oficial.
Monteoliva, oriunda de Córdoba, cuenta con una sólida formación académica en Relaciones Internacionales y una maestría en Planificación y Política Pública en la Universidad de los Andes, Colombia. Su carrera incluye experiencia docente y consultoría en países con crisis de seguridad como Honduras y El Salvador. En 2012 se incorporó al Ministerio de Seguridad de Córdoba y un año después fue ministra provincial.
En el plano nacional, se sumó al equipo de Bullrich en 2015 durante el gobierno de Mauricio Macri, donde dirigió la Gestión de Información Criminal. Luego trabajó en la Secretaría de Seguridad de Vicente López y en 2023 volvió al Ministerio como secretaria de Seguridad, antesala de su actual nombramiento.
Tras asumir, Monteoliva publicó un mensaje en redes sociales dirigido a Bullrich: “Tu forma de trabajar marcó un estándar y un rumbo: la ‘doctrina Bullrich’. Vamos a continuar tu trabajo y seguir cuidando a cada argentino de bien”.
Más de 150 mil fieles participaron de la ceremonia en el paseo marítimo de la capital libanesa. El pontífice llamó a rechazar la violencia y a construir un Líbano “morada de justicia y fraternidad”

El papa León XIV concluyó su primer viaje apostólico con una misa multitudinaria en Beirut, Líbano, donde más de 150 mil fieles se congregaron en el paseo marítimo para escuchar su mensaje. En su homilía, el pontífice instó a Medio Oriente a “rechazar la mentalidad de venganza y de violencia” y a abrir “nuevos capítulos en nombre de la reconciliación y la paz”.
“Líbano, ¡sé morada de justicia y de fraternidad! ¡Sé profecía de paz para todo el Levante!”, proclamó ante una comunidad católica que representa menos del 30% de la población del país.
Durante su visita de tres días, León XIV recorrió lugares emblemáticos y de fuerte carga simbólica: visitó el Hospital de la Croix en Jal ed Dib, celebró una oración en silencio en el puerto de Beirut —escenario de las explosiones de 2020 que dejaron 245 muertos y 300.000 personas sin hogar— y mantuvo encuentros interreligiosos y con jóvenes en Bkerké.
El Papa también veneró la tumba de San Charbel Makhluf en el Monasterio de San Marón en Annaya. En sus mensajes, advirtió sobre la fragilidad política, la crisis económica y los conflictos que oscurecen la belleza del país, y llamó a “desarmar los corazones” y superar las divisiones étnicas y religiosas.
Al despedirse, envió un telegrama al presidente Joseph Aoun agradeciendo la hospitalidad y asegurando sus oraciones “por la paz, la unidad y la prosperidad” del Líbano.