
La Justicia concretó una reconstrucción en el domicilio de Juan Carlos Rojas, asesinado en 2022. El abogado de la familia destacó que la causa está marcando precedentes técnicos y jurídicos.

Durante la mañana de este viernes se llevó a cabo una nueva medida judicial en la vivienda donde fue asesinado el exministro de Desarrollo Social de Catamarca, Juan Carlos Rojas. La inspección forma parte de una reconstrucción del hecho, con el objetivo de recopilar nuevas pistas que permitan avanzar en la investigación.
El abogado de la familia, Iván Sarquis, confirmó que se están realizando todas las diligencias necesarias para esclarecer el crimen. “La causa Rojas, para bien o para mal, está marcando muchos precedentes en cuestiones técnicas, científicas y jurídicas respecto de la disolución del crimen”, expresó.
Rojas fue encontrado sin vida el 4 de diciembre de 2022 en su domicilio ubicado en la zona norte de la ciudad Capital. Desde entonces, la causa ha atravesado distintas etapas procesales, con peritajes complejos y múltiples hipótesis en análisis.
La reconstrucción busca aportar elementos clave para la investigación, en una causa que sigue generando impacto institucional y social en la provincia.
Estela, costurera jubilada, y Soledad, chef, fueron halladas sin vida en su casa. Presentaban heridas cortopunzantes y signos de defensa. La hipótesis del robo pierde fuerza y se investiga si conocían al agresor.

El barrio porteño de Villa Luro está conmocionado tras el hallazgo de los cuerpos de Estela (74) y su hija Soledad (41), asesinadas en su vivienda de la calle Morón al 4900. La Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N.º 3 habilitó el ingreso por la fuerza al domicilio luego de que una vecina alertara por su ausencia.
Bomberos de la Policía de la Ciudad encontraron los cuerpos tendidos en una habitación. Las pericias preliminares indicaron que ambas presentaban heridas cortopunzantes, golpes y signos de haber intentado defenderse. La data de muerte se estimó en 72 horas antes del hallazgo.
La hipótesis del robo se debilitó al constatar que no faltaba dinero ni electrodomésticos, y que el auto seguía estacionado en la puerta. Sin embargo, algunos ambientes estaban revueltos, lo que llevó a los investigadores a considerar que se trató de un doble homicidio y que, al menos una de las víctimas, habría conocido al agresor.
Estela y Soledad vivían solas. La madre era costurera y jubilada, y la hija chef con formación en varias carreras cortas. Según vecinos, no tenían familiares cercanos y llevaban una vida tranquila. Una vecina cercana, Mary, desmintió versiones sobre su situación económica y aseguró que “a esta casa no entraba nadie”.
La investigación se centra ahora en establecer una línea de tiempo precisa y determinar cómo ingresó el agresor al domicilio. El caso sigue generando conmoción y múltiples hipótesis en torno a los vínculos personales de las víctimas.
La embarcación semisumergible fue localizada en el Atlántico y transportaba 1,7 toneladas de droga. La operación internacional “El Dorado” derivó en la detención de cuatro sudamericanos vinculados a una red criminal transnacional.

La marina de Portugal interceptó un narcosubmarino que transportaba más de 1,7 toneladas de cocaína con destino a la Península Ibérica. La embarcación semisumergible fue localizada a 1.852 kilómetros de la costa de Lisboa y era tripulada por dos ecuatorianos, un venezolano y un colombiano, quienes quedaron detenidos.
La operación, denominada “El Dorado”, fue coordinada por la Policía Judiciária (PJ) portuguesa y contó con la colaboración de agencias de Reino Unido, Francia, Estados Unidos y el Centro de Análisis y Operaciones Marítimas - Narcóticos (MAOC-N).
Los detenidos fueron identificados como integrantes de una organización criminal transnacional dedicada al tráfico de drogas a gran escala. Tras comparecer ante un tribunal en las Azores, quedaron en prisión preventiva.
Debido al mal tiempo y a la fragilidad de la embarcación, la marina portuguesa no logró remolcar el narcosubmarino a puerto, y la nave terminó hundiéndose en alta mar.
La investigación continúa bajo la dirección de la Unidad Nacional de Lucha contra el Tráfico de Drogas de la PJ, en cooperación con autoridades internacionales. El caso refuerza la preocupación por el uso de embarcaciones no convencionales en el tráfico de estupefacientes.